Los especialistas señalan a la resistencia antimicrobiana como un obstáculo en la mejora de tratamientos contra esta dolencia
La sepsis es una dolencia crítica que se produce cuando el cuerpo, como respuesta a una infección, que puede ser incluso muy común, lesiona sus propios tejidos llegando a provocar en los casos más severos fallo agudo de otros órganos que no necesariamente estaban relacionados con la infección original. La sepsis llega a provocar un shock o fallo multiorgánico que, en un número importante de casos, provoca la muerte.
La tasa de mortalidad de la sepsis grave es del 36%, por lo que los expertos hacen hincapié en la necesidad de concienciar al respecto. De hecho, denuncian que la dolencia no sea lo suficientemente conocida entre la sociedad. La rapidez en la aplicación del tratamiento es fundamental, ya que cuatro horas después del shock séptico, las probabilidades de supervivencia son inferiores al 50%.
En España la sepsis afecta a 50.000 personas cada año (se producen 104 casos por cada 100.000 habitantes), de los cuales 17.000 mueren. Los especialistas explican que para comprender la magnitud de esta cifra conviene recordar que es 13 veces superior a los fallecidos en accidentes de tráfico, y ostensiblemente superior a las muertes provocadas por algunos cánceres comunes y que despiertan amplia preocupación social, como el de mama, colon, páncreas o próstata.
RESISTENCIAS A LOS ANTIBIÓTICOS
Las resistencias antimicrobianas son una de las mayores amenazas para la salud pública a nivel mundial. De hecho, hacen peligrar los tratamientos existentes contra determinadas infecciones. España es uno de los países europeos con mayor consumo de antibióticos en medicina humana del mundo, según concluye publicaciones científicas como Science y los datos que aporta el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
A pesar de contar con el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) -la estrategia que encauza todos los esfuerzos para solucionar este problema en España-, aún es necesario su aplicación al máximo nivel, así como la colaboración multidisciplinar entre el Gobierno Nacional, las comunidades autónomas, sociedades científicas y asociaciones de pacientes.
Fuente: ConSalud.es.