Fermín Cabanillas
Sevilla, 17 jul (EFE).- Jon Jáuregui, nacido en San Sebastián hace 52 años y sevillano desde niño, lleva una prótesis que supone una innovación en su sector: el primer sistema de prótesis integral de pie y rodilla, un ingenio mecánico que le aporta un movimiento hasta ahora impensable que, de momento, sólo la lleva él en España.
Se trata de “Linx”, creada por la empresa británica Blatchford y que en España distribuye desde Sevilla AyD (Ayudas y Distribuciones IDEO), con sede en Dos Hermanas).
Jáuregui es el primer usuario de este sistema, adaptado a personas que, como él, han sufrido una amputación de un miembro inferior por encima de la rodilla.
Es el primer sistema de miembro inferior totalmente integrado, controlado por microprocesador, disponible en el mundo, ya que hasta ahora había prótesis de miembro inferior compuestas por rodillas electrónicas y/o pie electrónico por separado, pero con este sistema se ha logrado que pie y rodilla vayan unidos electrónicamente, comunicándose entre ellos.
Así lo explica Manuel Perona, técnico del Instituto de Especialidades Ortopédicas, S.L. (IDEO), cuyo trabajo lo desempeña en la ortopedia de la misma empresa en el barrio sevillano de Bellavista, gabinete especializado en protésica, y donde se desarrollan prototipos innovadores, tales como el diseño de una aleta que permite a personas amputadas contar con una prótesis con la que pueden nadar.
En el caso de “Linx”, su novedad radica en que cada elemento es parte de un diseño entero que equilibra la energía y la postura, lo que hace que cuente con un controlador maestro que coordina su respuesta para que las diferentes partes trabajen juntas en armonía.
Y todo gracias a cuatro microprocesadores, que reciben información de siete sensores, y los datos son finalmente procesado por un microprocesador central que envía información a la rodilla hidroneumática y el pie hidráulico, “logrando un sistema integral biónico, que se programa con un software y capta el movimiento con el muñón”, señala Perona, de modo que “sabe si la persona está parada, tropieza, andando y subiendo o bajando una rampa”.
En la práctica, el propio Jáuregui explica a Efe que “el primer movimiento lo hago yo, aprovechando la inercia del cuerpo”, mediante un sistema “de ballesta de fibra de carbono que se flexiona y me devuelve el impulso junto con una articulación de tobillo hidráulica”.
“Si estoy parado lo detecta y se bloquea, y si inicio un movimiento se activa y se pone blando”, dice.
La prótesis la lleva en su pierna derecha, mientras que en la izquierda lleva otra, pero la amputación en esa es por debajo de la rodilla y no precisa de “Linx”, un sistema que “subiendo cuestas va muy bien”, y que él completa con un sistema de embellecimiento, “una pierna cosmética que se desmonta con tornillos”.
Actualmente, la variedad de prótesis en el mercado es casi infinita, aunque esta “comparte continuamente información entre la rodilla y el pie para adaptarse automáticamente a los cambios de terrenos y circunstancias, permitiendo a los usuarios más libertad, confianza y estabilidad”, señala Perona.
Se trata de un campo en el que no todos los días hay nuevos ingenios para facilitar la vida de las personas, pero cuando los hay son más que llamativos, y ayudan a que la gente que ha sufrido amputaciones viva y se mueva con normalidad, incluso con ingenios como “Linx”, que por ahora sólo se puede ver en Sevilla, pero espera iniciar pronto su recorrido por España. EFE
Fuente LA VANGUARDIA