El hombre-récord de San Pedro intentará cruzar el canal de Beagle, el frío paso oceánico que une Argentina y Chile, y convertirse así en el primer español en lograr la hazaña
El paratriatleta Javier Mérida, Delegado de ADEMADIS, ya tiene reto para 2017: nadar en las gélidas aguas del fin del mundo, en la Patagonia. Tras ceñirse este último verano la Triple Corona, el título internacional más prestigioso en aguas abiertas, el hombre-récord de San Pedro Alcántara se sumergirá este mismo invierno en las conflictivas aguas del canal de Beagle, el paso oceánico que une las costas de Argentina y Chile. El nadador intentará cruzar y volver al punto de partida en 75 minutos sin traje de neopreno y convertirse así en el primer español en completar esta prueba de deporte extremo.
El principal desafío al que plantar cara: el frío. Los casi 6 kilómetros de travesía (5.700 metros) discurren en un océano literalmente helado. Mérida se enfrentará a valores que oscilarán entre los 3 y 5 grados dentro del agua. Fuera de ella no se espera que el mercurio ofrezca tregua y se prevén temperaturas igualmente bajas, entre los 5 y 8 grados centígrados.
Pero es que, además, el sampedreño tendrá que dar brazadas contra el reloj. Dispondrá de una hora y cuarto para completar la travesía; si pasado ese tiempo no ha conseguido tocar meta tendrá que salir del agua para evitar una posible hipotermia.
Los fuertes vientos y corrientes habituales de este paso marítimo, en las inmediaciones del estrecho de Magallanes, serán los otros dos enemigos a batir por el deportista, que sólo irá equipado con bañador, gafas y gorro. A su lado, navegarán las embarcaciones con el personal de la organización y su equipo, «los sufridores», como el nadador llama al ramillete conformado por el entrenador Jaime Vigaray, la médico Rosa Sánchez, y su mujer, Esther Jiménez.
El próximo 24 de febrero el sampedreño pondrá rumbo a América del Sur para recalar en Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, donde se fija el punto de partida y meta de la travesía organizada por Swim Argentina, una entidad encargada del diseño y control de pruebas deportivas en aguas abiertas. Una vez en el destino se determinará una fecha para la inmersión en función de la climatología. El sampedreño dispone desde el 26 de febrero al 5 de marzo para señalar día.
Mérida, que perdió su pierna derecha en 2008, tras ser atropellado por una mujer que conducía ebria, deberá lanzarse al agua desde la playa de la ciudad argentina de Ushuaia, la más austral del mundo, llegar a la costa chilena y tocar meta en el punto de partida en un tiempo máximo de 75 minutos.
A pesar de que su palmarés deportivo no para de crecer – en tierra tampoco, donde atesora, entre otros, los títulos del Campeonato de Europa de Triatlón en 2013 y 2014-, el sampedreño se enfrenta al reto con humildad, consciente de que «una hora y cuarto puede hacerse muy larga y al no llevar traje de neopreno cualquier cosa puede pasar».
Ganar velocidad
El gélido canal, paso común de ballenas, es hábitat de focas y pingüinos, pero la exótica fauna no preocupa al campeón en exceso. «La dureza del canal de Beagle radica en las condiciones extremas de la climatología, la mala mar y el viento. Todo ello lo convierte en un sitio bastante complicado para nadar», explica Mérida, inmerso estos días en un nuevo plan de entrenamiento para ganar velocidad, después de que en los retos anteriores trabajara sobre todo la resistencia. Su plan de trabajo incluye natación diaria en la bahía marbellí y piscina en el Centro Deportivo Las Mesas de Estepona, donde hay un pequeño estanque con agua a baja temperatura para la cura de lesiones.
Pocos nadadores en el mundo pueden presumir de haber atravesado el Canal de la Mancha, haber rodeado Manhattan y haber cruzado desde la isla Santa Catalina hasta Los Ángeles. Mérida, que es uno de esos pocos afortunados, quiere volver a hacer historia. ¿Pero por qué ha escogido Beagle? El sampedreño cuenta que el frío canal, frontera entre Argentina y Chile, supone una especie de entrenamiento para afrontar el proyecto del próximo año: nadar en el polo sur.
Fuente: Diario Sur.