MARÍA JESÚS CACHAZO Las barreras arquitectónicas del juzgado de Toro obligaron ayer a celebrar una vista oral en la plaza del Concejo de Toro, ante la imposibilidad de que unjoven en silla de ruedas pudiera acceder a la sede judicial. Inaugurado el 24 de abril de 1986, el juzgado de Toro no cuenta en la actualidad con ningún dispositivo que permita el acceso de personas en sillas de ruedas a la sala en la que se celebran las vistas, situada en la primera planta del edificio. Esta situación, como ocurrió en el día de ayer, obliga al juez, a los funcionarios y a los abogados a salir a la plaza en la que se ubica el tribunal para celebrar el juicio. No es la primera vez que el personal del juzgado de Toro tiene que salir a la plaza del Concejo para tomar declaración a querellantes, acusados o testigos que, por su movilidad reducida, no pueden subir las escaleras de acceso a la sala en la que se celebran los juicios. Apenas cinco minutos se prolongó ayer la vista oral celebrada en la plaza del Concejo en la que el joven en silla de ruedas y vecino de Fuentesaúco, tuvo que prestar declaración ante el juez, funcionarios y los abogados.
No obstante, el joven reconoció que no es la primera vez que tiene que esperar en la calle para prestar declaración o, para ser reconocido por el médico forense. Para este joven la solución es sencilla, ya que podría adaptarse una plataforma elevadora a la barandilla de las escaleras del juzgado para que, personas con movilidad reducida, no tuvieran problemas a la hora de acceder al edificio para asistir a una vista oral, para prestar declaración, para ser reconocido por el forense o para realizar trámites en el Registro.
Otra posible solución a este problema sería acondicionar un ascensor o habilitar una nueva entrada por la calle Costanilla de San Lorenzo para personas discapacitadas. De hecho, familiares que ayer acompañaron a este vecino de Fuentesaúco al juzgado decidieron interponer una queja para que, las Administraciones competentes, adopten medidas que permitan eliminar las barreras arquitectónicas de un inmueble al que, a diario, tienen que acudir numerosas personas. Y es que, las escaleras que conducen a las diferentes plantas del juzgado no solo suponen una barrera infranqueable para personas en sillas de ruedas, ya que otros usuarios que padecen enfermedades o ancianos, tienen serios problemas para acceder a la sede judicial.
Fuente: La Opinión de Zamora