-Fue un 17 de marzo del 2008, salimos de vacaciones, llegamos a Colima, iba con 4 amigos, el 18 salimos a un lugar que se llama el Río los Amiales, a las 4:30 decidimos regresar, tomo el libramiento, yo venía manejando, me invade el carril una camioneta de cuatro y medio toneladas…yo quedo inconsciente, no recuerdo más-, explica Víctor Hugo.
-Una llamada, nos dijeron que había tenido un accidente que fuéramos. Yo pensé que era algo ligero, sencillo. Cuando llegamos a Colima y lo vimos, no creía que fuera él, porque estaba irreconocible, y nos dijeron que no tenía esperanzas de vida-, recuerda Guillermina Alcántara.
-La pierna estaba muy lastimada, fractura de fémur, la rodilla se deshizo, y se lastimó el nervio-, detalla Víctor Hugo.
-La amputación era un hecho, sólo había que buscar el momento propicio-, recuerda Guillermo González.
-Mi respuesta ante psicólogos, tanatólogos, fue: yo no soy una pierna, mi vida no es una pierna, yo no valgo una pierna y este es solo un rasguño que me hace la vida-, añade Víctor Hugo.
-Es la decisión más fuerte y más cara de mi vida, pero es mi responsabilidad, y él firmó-, afirma Guillermo González.
-Él les decía, estoy consciente de lo que me va a pasar y si mi ancla me está limitando, yo quiero seguir viviendo, yo valgo más que una pierna-, recuerda Erick González.
-Fue un sentimiento extraño, fue dolor, fue tristeza, fue nostalgia. Cuando estaba en el quirófano, el doctor responsable me dijo que no se lo tomara a mal, pero que me podía despedir de mi pierna y lo hice con mi pie derecho acaricié mi pie izquierdo, le agradecí 25 años de haberme ayudado a correr, a brincar, a levantarme, a bailar, le agradecí y le dije: ya no me sirves, a chingar a tu madre. Escribí una carta en la que pedía a la gente que iba a verme, que no fuera buscando ver la pierna, porque no la iba a encontrar que fueran buscándome a mí-.
-La condición de que todo aquel que quisiera subir a verlo, tenía que leer la carta primero. Nuestro hijo es más importante que una pierna, no sabíamos lo que teníamos que hacer, pero así tuviéramos que pedir limosna, nuestro hijo iba a tener una prótesis, e íbamos a luchar para sacarlo adelante-, admite Guillermo González, padre de Víctor Hugo.
-El verme mis dos zapatos, fue algo padrísimo. Después del accidente yo pensé que jamás iba a poder jugar fútbol, después cuando salgo del hospital, empiezo a buscar en la red y me encuentro con vídeos de que hay fútbol de amputados-, recuerda Víctor.
-Él no le tomó miedo a la vida, al contrario, se volvió más intrépido-“, recuerda su padre.
-Le empiezo a preguntar si hay oportunidad de entrar al equipo, en donde se encuentran ubicados. El 5 de abril me integré, fechas coincidencias, ¿no? Porque el 5 de abril del 2008 yo estaba en el quirófano entrando a que me cortaran la pierna-, dice Víctor Hugo.
-Fue sorpresa cuando nos dijo que iba a jugar. En ese momento yo admiraba a todos, porque le echan ganas-, expresa Guillermina Alcántara.
-En un principio nos parecía una locura que jugara y ahora soy su masajista personal-, relata el padre de Víctor Hugo.
-Ha encontrado amigos, personas que tienen un mismo sentimiento y se entienden entre ellos-, explica Carmen Mondragón.
-A mí en lo personal, me regresó la energía que se había quedado enfrascada, duré dos semanas adolorido, pero a disfrutar ese dolor, mi pierna, mi pie-, dice Víctor Hugo.
-Ahora está conformando una fundación que se llama A paso Firme y él trata de regresar un poco de toda la ayuda que él tuvo. Es una forma de ayudarlos y que puedan mejorar su vida, por medio del equipo de fútbol que hemos conocido a otras personas, hace más la ilusión de ayudar a más gente-“, añade Ricardo González.
-Quiero ayudar a otros que están pasando lo que yo pasé, desde emocional, económico, legal… poder ayudar a esas personas a conseguir su prótesis-.
-Ahora busca ayuda y buscar que otras personas de alguna manera tengan su prótesis y obviamente mejoren su calidad de vida, ahí anda buscando con el proyecto que está realizando-, comenta Carmen Mondragón.
-El tener una extremidad no te hace menos, puedes dar mucho. No hay límites, los límites te los pones tú-, refiere Víctor Hugo.
Y es precisamente sobre este campo de fútbol, donde Víctor Hugo más de seis años después de que su propia vida cambiara, encontró un nuevo sentido, ayudar a otros que cómo él fueron víctimas del destino y aquí mismo conoció a Johnny a quien nosotros conoceremos mañana-.
Fuente: Noticieros. http://noticieros.televisa.com/mexico/1406/paso-firme-parte-1/