En nuestro país, incluso en Europa, estamos lejos de conseguir una sociedad totalmente igualitaria, sobre todo en cuanto a la discapacidad se refiere, tal y como afirma en esta entrevista Antonio-Luis Martínez-Pujalte. Gracias a su actividad en el Gobierno a partir del año 2002 conoció de cerca del mundo de la discapacidad, que finalmente, superada esa etapa, ha integrado en su propia agenda investigadora como jurista. Ahora comienza un nuevo reto al frente de la cátedra creada en la Universidad Miguel Hernández de Elche con el fin de superar definitivamente esas desigualdades por el camino de la inclusión laboral.
¿Cómo surge la idea de crear la cátedra de discapacidad y empleabilidad entre la Universidad Miguel Hernández, Tempe (compañía perteneciente al Grupo Inditex) y APSA (Asociación Pro Discapacitados Psíquicos de Alicante)?
Tempe y APSA llevan colaborando desde 2007 en programas de inclusión laboral de personas con discapacidad y de hecho, entre otras cosas, APSA cuenta con un enclave laboral en la empresa Tempe en Elche, y como consecuencia de esa colaboración que ha dado lugar a distintas acciones formativas en este ámbito, en un momento dado se pusieron en contacto conmigo, al estar relacionado también con el ámbito de la discapacidad, con la idea de crear algo en el ámbito de la propia Universidad. Finalmente, tras conversaciones, en el marco de la regulación que tiene la Universidad Miguel Hernández de las cátedras de investigación, creamos esta cátedra de discapacidad y empleabilidad, que es una cátedra de la Universidad Miguel Hernández pero con la financiación de Tempe y con la colaboración técnica de APSA, que es una asociación de ámbito provincial de familias de personas con discapacidad intelectual.
¿Cuál es el fin de esta cátedra y qué piensa que se puede lograr con ella?
Es evidente que la inclusión laboral de las personas con discapacidad sigue siendo muy difícil y está muy por debajo de los niveles que debía tener y nos parece necesario movilizar las energías que tiene una universidad para investigar y para potenciar acciones formativas que puedan contribuir a mejorar los niveles de inclusión laboral de las personas con discapacidad. De hecho la cátedra tiene esas dos patas, queremos desarrollar por un lado una actividad de investigación y ya hemos acordado poner en marcha un primer proyecto sobre ‘Estrategias para la inserción laboral de personas con discapacidad límite’ porque nos damos cuenta de que el colectivo con discapacidad límite tiene especiales dificultades ya que en muchos casos no puede beneficiarse de los incentivos que existen por no tener el grado de 33% de discapacidad y sin embargo tienen dificultades de inserción. En la investigación trabajaremos de forma interdisciplinar personas del ámbito del derecho, y en su caso se podrá traducir en propuestas de mejora normativa, personas del ámbito de la economía y de la organización de empresas y personas del ámbito de la psicología, porque en muchos casos el empleo de estas personas exige particularidades en cuanto a la orientación laboral o al apoyo que precisan, etc.
La otra prioridad se centra en la formación, ¿cómo será esta actividad formativa?
Queremos desarrollar acciones formativas, dirigidas a personas con discapacidad que puedan mejorar su empleabilidad, y también acciones formativas dirigidas a empresarios que trabajan con la discapacidad en algún sentido y que puedan tener un componente de sensibilización. La cátedra está en sus primeros momentos, fue creada el pasado 3 de diciembre y estamos comenzando a ponernos en marcha, pero esperamos que en los próximos meses podamos presentar también la oferta formativa de la cátedra y que las primeras acciones se pongan en marcha como muy tarde en el próximo mes de septiembre, para el curso 2016-2017.
¿El contenido será básicamente teórico?
No, para nosotros las prácticas tienen mucha importancia y nos parece que la mejor forma, o una vía para conseguir la inserción laboral de personas con discapacidad, es que primero realicen prácticas en empresas, que es la mejor manera lograr que las empresas se den cuenta de que merece la pena contar con estas personas. Obviamente, cualquier acción formativa que desarrollemos tendrá un importante componente práctico, porque nos parece muy importante.
¿Existe una experiencia similar en otras universidades?
En la Comunidad valenciana es la primera cátedra de esta naturaleza, somos pioneros y nos parece que una cátedra de esta naturaleza contribuye a situar la discapacidad en la agenda de la docencia y la investigación universitaria y eso ya de por sí es un aspecto o beneficio muy relevante.
Hay otras universidades españolas en las que sí existen cátedras con perspectivas muy similares a la nuestra y de hecho nosotros queremos establecer relación con ellas y aprender de las experiencias que ya se han puesto en marcha, establecer sinergias, que siempre es bueno. Por ejemplo, hay experiencias de esta naturaleza en la Universidad Autónoma de Madrid o en la Universidad Católica de Murcia, también con ese doble componente de formación e investigación. Aunque tengo que decir que estas dos universidades trabajan sobre todo en el ámbito de la discapacidad intelectual y nosotros quisiéramos tener una perspectiva más global y abarcar todos los tipos de discapacidad, porque no solo las personas con discapacidad intelectual tienen dificultades laborales.
¿Qué tipo de profesionales van a formar el equipo de esta cátedra y sus dos vertientes, formación e investigación?
Por un lado el equipo de investigación estará compuesto por profesores universitarios de áreas como economía, psicología y derecho y luego querríamos contar también con técnicos de las propias asociaciones de personas con discapacidad o de empresas que ya tengan experiencia en la inserción laboral de personas con discapacidad y evidentemente el trabajo que están realizando las propias personas con discapacidad tendrá también protagonismo. En su momento, nos parece que la experiencia de las propias personas con discapacidad que hayan tenido un trabajo o lo hayan buscado y no lo hayan encontrado es una experiencia con la que tenemos que contar y saber cuál es su percepción. No se puede trabajar para las personas con discapacidad sin las personas con discapacidad.
Siendo su especialidad la filosofía del derecho, ¿cómo acaba usted en el mundo de la discapacidad?
Es una historia larga pero básicamente todo se deriva de mi trabajo en 2002. Hasta ese año nunca tuve ningún contacto ni personal ni familiar ni de ningún otro género con el mundo de la discapacidad. En 2002 fui designado director de Gabinete del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales y desde esa responsabilidad una de las primeras reuniones que celebré fue precisamente con el CERMI. En casi dos años que estuve en ese puesto se produjeron avances normativos muy importantes, el más importante desde luego fue la aprobación de la LIONDAU, que marcó un cambio de paradigma en la aproximación del derecho español a la discapacidad. Todo eso provocó que durante esos dos años hubiera un trabajo muy fecundo y una colaboración muy estrecha con el CERMI y las distintas entidades de la discapacidad y sus familias. Ese trabajo me llevó por un lado a que estableciese una estrecha relación personal con el mundo de la discapacidad y con los líderes del movimiento organizado, una relación de amistad que se ha mantenido con el tiempo. Y también me sirvió para otras cosas, por un lado para darme cuenta de que la meta de la plena inclusión social de las personas con discapacidad todavía estaba muy lejana y tenía que ser un objetivo prioritario de los poderes públicos y, por otro lado, me sirvió también para darme cuenta de que las personas con discapacidad no pueden ser contempladas, como se hacía en el pasado, desde una mirada paternalista, como personas a las que hay que atender, sino que la perspectiva tenía que trasladarse a una cuestión de ejercicio y garantía de los derechos.
Desde ese momento, mi compromiso con la discapacidad ha sido cada vez mayor y he integrado la discapacidad en mi propia agenda investigadora como jurista y he publicado distintas contribuciones en el ámbito del derecho de la discapacidad, lo último, un libro que acaba de publicar el CERMI, ‘Derechos fundamentales y discapacidad’. Hoy la discapacidad es mi preocupación dominante como investigador y como jurista.
La discapacidad sigue siendo bastante invisible para gran parte de la sociedad, ¿solo se consigue cuando se convive con ella de cerca o se trabaja en ese ámbito?
Creo que hemos crecido mucho y el año 2003 fue un año importante, fue el Año Europeo de las Personas con Discapacidad, pero todavía hay que conseguir que la visibilidad social de la discapacidad sea mucho más intensa. Me parece que la gran asignatura pendiente de nuestro país, y probablemente de toda Europa, en materia de igualdad es en estos momentos la discapacidad, es donde estamos más lejos de conseguir lo que debería ser la meta de una sociedad auténticamente igualitaria.
Esta misma semana se presentaba esa obra de la que usted acaba de hablar, “Derechos fundamentales y discapacidad”, en la que realiza un análisis jurídico para certificar que también en el sistema constitucional la discapacidad puede y debe ser considerada como una cuestión de derechos fundamentales, ¿todavía es necesario demostrar que la discapacidad es una cuestión de derechos fundamentales?
Sí, todavía es necesario demostrarlo y darse cuenta de que no solo la discapacidad es una cuestión de derechos fundamentales sino de otra cosa que va ligada a eso, el asunto más relevante es que nos demos cuenta de que las personas con discapacidad lógicamente deben tener garantizados los mismos derechos que el resto de las personas, pero en su caso encuentran obstáculos derivados del entorno social, no de la discapacidad, para una efectivo protección de sus derechos y lo que tenemos que hacer, los poderes públicos sobre todo, pero también los particulares, es adoptar las medidas necesarias para remover los obstáculos, y ese es un poco la perspectiva del libro que acabo de publicar.
¿Podría decirse que el derecho está reconocido para las personas con discapacidad, pero no está ‘adaptado’?
Efectivamente, sostengo en el libro que la Constitución española otorga una base muy sólida para la defensa jurídica de los derechos fundamentales de las personas con discapacidad, pero todavía entre ese nivel del derecho y el nivel de la realidad queda un trecho muy importante por recorrer.
Y quizá como punto de partida para ese trecho sea definitivo lograr la auténtica inclusión educativa, a la que usted dedica un capítulo en ese libro ¿no es así?
La educación inclusiva es enormemente importante y la meta debe ser esa, que toda la educación sea inclusiva porque eso tendrá además una consecuencia de futuro muy importante y es que será normal el reconocimiento y la aceptación de la diversidad. A mí me habría gustado tener en mi colegio compañeros con discapacidad y no los tuve.
Actualmente, ¿mantiene un cargo público en el ayuntamiento de Elche?
Sigo siendo concejal del ayuntamiento pero sin responsabilidades de Gobierno, en la oposición, pero nunca he dejado la Universidad, siempre he procurado hacer compatible las responsabilidades públicas que he tenido en los últimos 15 años con la universidad, pero en estos momentos prácticamente es mi dedicación dominante.
En el ayuntamiento sigo trabajando por las políticas en favor de la discapacidad. El nivel estatal es muy importante, porque es donde se elaboran las normas, pero el nivel local también es muy importante porque es donde se pueden realizar medidas concretas de mejora de la accesibilidad en su sentido más amplio, es un ámbito muy importante de trabajo en favor de la discapacidad.
Fuente: CERMI. Blanca Abella.