España es el segundo país del mundo, por detrás de Estados Unidos, con más amputaciones de miembros inferiores a causa de la diabetes tipo 2, que impide la normal cicatrización de las heridas.
La diabetes es la causa más frecuente de amputación no traumática de la extremidad inferior en España, pues siete de cada diez se deben a esta patología, según la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV).
Una solución efectiva que evitaría la necesidad de amputar es un sistema de medicina hiperbárica que consigue tratar este tipo de heridas de difícil curación.
“El aumento de la glucosa en sangre generado por la diabetes ocasiona un estrechamiento de los vasos sanguíneos más pequeños que repercute en la circulación de la sangre y frena la llegada de oxígeno y nutrientes a tejidos situados en partes extremas del cuerpo, como el pie”, explica Fernando González, coordinador médico del Hospital San Francisco de Asís de Madrid.
Las consecuencias pueden ser heridas o úlceras de difícil cicatrización, necrosis y amputaciones de ciertas extremidades. De hecho, los pacientes diabéticos tienen un 25% más de riesgo de sufrir una úlcera en una pierna, según la SEACV.
Una revisión de estudios realizada en Holanda y publicada este mes en la revista European Journal of Vascular and Endovascular Surgery permite comprobar la efectividad de la medicina hiperbárica en la mejora de la cicatrización de las úlceras de pie diabético.
Se trata de un tratamiento en el que el paciente respira oxígeno al 100%de forma continua dentro de una cámara a una presión hasta tres veces mayor que la del nivel del mar.
Esta terapia forma parte de un protocolo asistencial llamado Sistema Ulcemed para tratar heridas, que ha incorporado el Hospital San Francisco de Asís.
La deficiencia de oxígeno en sangre (hipoxia) “provoca que las heridas no sigan el proceso de curación y cicatrización normal, que es lo que sucede en los pacientes con pie diabético”, indica el doctor González.
Así, la medicina hiperbárica permite “mantener unos niveles de oxígeno muy altos para que éste llegue a los tejidos dañados y se regeneren”, asegura. Este tratamiento consigue también aumentar el flujo de sangre de la herida a través de la neurovascularización.
Otros resultados que se consiguen con el tratamiento de oxígeno hiperbárico en pacientes con pie diabético son “la estimulación y modulación de la respuesta inmune, la proliferación de colágenos y fibroblastos (para cerrar heridas), reducción de la inflamación, favorece la regeneración celular y actúa como complemento a los antibióticos”, comenta el doctor González.
Existen dos tipos de cámaras hiperbáricas, las monoplaza y las multiplaza. Una de las principales diferencias radica en el tamaño y la capacidad, “ya que la multiplaza permite tratar a varias personas en una misma sesión”, explica Sergio Calvo, director del Sistema Ulcemed, cuya cámara es monoplaza.
La otra diferencia está en la forma en la que se presuriza, “las multiplaza alcanzan la presión deseada con aire y el paciente recibe el oxígeno a través de mascarilla o casco. En las monoplaza se obtiene una presión con oxígeno puro y no se necesita ningún accesorio para respirarlo”, añade.
El Comité de Oxígeno Hiperbárico de la Sociedad Médica Subacuática e Hiperbárica de EEUU (UHMS, por sus siglas en inglés) señala que para que el tratamiento sea eficaz el paciente debe respirar oxígeno al 100% de una manera continua dentro de una cámara, a una presión en el interior mayor a 1,4 atmósferas absolutas.
La exposición de partes aisladas del cuerpo a oxígeno al 100% o el tratamiento en cámaras portátiles de plástico o vinilo no son consideradas por la UHMS como terapias con oxígeno hiperbárico.
Las sesiones en la cámara hiperbárica duran aproximadamente 80 minutos. El tiempo se reparte en subida de presión (10 minutos), tratamiento llamado isopresión (60 minutos) y bajada de presión (10 minutos).
“Durante toda la sesión está entrando y saliendo oxígeno medicinal al 100 % de pureza, así al duplicar la presión atmosférica, el oxígeno penetra en las células mucho más rápido”, concluye el director de Ulcemed.
Fuente: Diario de Navarra.