Cuando se alistó en el ejército, Brendan Marrocco nunca pensó que la vida militar cambiaría radicalmente su vida. Sin embargo, cuando en abril de 2009, un proyectil impactó directamente contra el vehículo en el que viajaba amputándole las cuatro extremidades, todo su mundo se vino abajo.
Al principio pensó que iba morir, pero tras varios meses de cuidados, pudo volver a casa, armado de un nuevo optimismo y con muchas ganas de recuperar su vida anterior.
Desde entonces, lleva luchando por conseguirlo. Primero, a través de las prótesis biomecánicas que ya le permiten caminar. Y, a partir de ahora, con los dos brazos que acaban de trasplantarle en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore (Estados Unidos).
Junto a los médicos que le operaron, Marrocco -que ahora tiene 26 años-se ha presentado en público, emocionado y con ganas de seguir luchando por su recuperación.
“Soy yo otra vez. Nunca acepté el hecho de no tener brazos, así que ahora que los tengo es como si nunca hubiera ocurrido”, señaló el ya veterano de guerra, que hasta ahora ha utilizado prótesis mecánicas.
Sonriendo en cada intervención, Marrocco aseguró que lo primero que hará cuando recupere el control de sus extremidades superiores será conducir y volver a practicar deporte, como solía hacer en el instituto.
De momento, asegura que la evolución de la cirugía está siendo muy buena y que no siente “ningún dolor” en sus nuevos brazos.
El equipo que ha llevado a cabo la intervención, liderado por Andrew Lee, director del Departamento de Cirugía Plástica y Reconstructiva de la institución estadounidense, ha recordado que el paciente tiene por delante una constante terapia de rehabilitación durante los próximos años.
Los cirujanos trabajaron durante 12 horas para conectar los músculos, huesos, vasos, tendones, nervios y piel de ambos brazos, en la primera intervención de este tipo que se ha llevado a cabo en Estados Unidos.
Marrocco, además, recibió una infusión de células de la médula ósea del donante, una técnica que, según los médicos encargados de la intervención, permite prevenir en mayor medida el rechazo y “disminuir la necesidad de los fármacos” que habitualmente se indican en los pacientes trasplantados.
Pese a la euforia de los estadounidenses, el director de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, recuerda que ni la intervención de la que se ha beneficiado Marrocco ni la terapia posterior son pioneras en el campo de los trasplantes.
“En España ya se han hecho tres trasplantes bilaterales de brazos. Y la infusión de médula ósea del donante ya se ha empleado al menos en uno de los trasplantes de cara realizados en Francia y también en alguno de brazos”, aclara Matesanz.
“Los resultados no son ninguna maravilla cuando se compara con la terapia convencional. Además, en este caso hay que demostrar que ha funcionado y eso sólo se ve a largo plazo, no un mes después de la intervención, subraya. En estas semanas, Marrocco ha iniciado la rehabilitación que, asegura, de momento no es muy intensa. “Seguro que pronto voy a tener mucho más trabajo, pero esta operación me ha dado mucha esperanza para el futuro”.
“Antes me sentía bien, pero ahora me encuentro mucho mejor”, confiesa Marrocco, que ni piensa en las prótesis que aún lleva en sus extremidades inferiores. “Lo que odiaba era no tener manos. Estoy bien aunque no tenga piernas. Los brazos son suficientes”, ha zanjado.
Fuente: El Mundo. http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/01/29/noticias/1359492076.html?a=b277ace3868a34486d1202fad4eb464f&t=1359547829&numero=