Laura Carranza estuvo a punto de perder la pierna por un tumor cancerígeno en la rodilla. Para los médicos de Acapulco, donde se atendía, la amputación era la única opción para salvarle la vida.
Hoy la joven conserva su extremidad y además ya no tiene cáncer gracias a una técnica que le aplicaron especialistas del Instituto Nacional de Rehabilitación encabezados por el médico Genaro Rico.
“La operamos, le quitamos su rodilla, guardamos su hueso, le pusimos un clavo transitorio y a los tres meses que concluyó la quimioterapia la reoperamos.
“Le colocamos su hueso que habíamos sometido a calor. Es una niña que ha evolucionado excelentemente bien”, contó.
El destino de otros 30 jóvenes con cáncer en los huesos cuya extremidad tenía que ser amputada, dio el mismo giro que el de Laura al ser sometidos a la técnica denominada hipertermia hídrica controlada.
A la fecha se han atendido a cerca de 100 pacientes con esta intervención, de los cuales casi 80% ha logrado recuperarse, aseguró Rico, jefe de servicio de tumores músculo-esqueléticos del instituto, quien con otros especialistas desarrolló la técnica.
Los que no han logrado la recuperación es porque tienen metástasis hacia pulmón, precisó el médico.
Rico explicó que esta técnica consiste en someter a calor la extremidad afectada por el cáncer para matar las células cancerígenas.
“Hoy está reconocido el calor como el cuarto pilar de tratamiento del cáncer, primero la cirugía, segundo la quimioterapia, el tercero la radioterapia y hoy se suma el cuarto, que es el calor”, aclara.
Cuando los pacientes están siendo sometidos a quimioterapia y la intervención no puede realizarse en un solo día, los médicos los operan para extraer la parte del hueso afectada, la cual congelan.
De manera temporal les colocan una prótesis y una vez que el tratamiento con la quimioterapia ha concluido colocan nuevamente su hueso, el cual ya fue tratado con calor.
Los expertos también pueden extraer el hueso afectado, colocar una prótesis permanente y usar hipertermia hídrica controlada, pues en el resto del hueso puede quedar algún residuo del tumor.
Con la técnica se aseguran de esterilizar por completo.
Tres meses después de haber sido sometidos a la técnica, los especialistas hacen estudios a los pacientes para confirmar la muerte de todas las células cancerígenas.
Rico mencionó que el tratamiento tradicional para tratar cáncer de hueso consiste en someter al paciente a quimioterapia, posteriormente se les retira el hueso afectado y se coloca una prótesis, pero a muchos, les regresa el cáncer.
Indicó que el principal cáncer óseo es el osteosarcoma y el segundo lugar el condrosarcoma, los cuales casi siempre afectan adolescentes y menores de 30 años.
Fuente AM Mexico ( a través de nuestra amiga Aida de México)