La asociación nacional que les representa, Andade, pide renovarlo para que los aparatos sean “de calidad”. Alertan de la pérdida de extremidades del cuerpo por diabetes.
Un accidente de autobús un 10 de diciembre de 2017 cambió la vida de Irati Idiakez, una joven de 22 años de Getaria, cuando estaba de Erasmus en Chile. “Iba de viaje con una amiga, cuando el vehículo empezó a adelantar por donde no podía. Vino una furgoneta y por no chocar contra ella, acabamos volcando. Intentaron salvar mi brazo, porque podía hacer la pinza, aunque muy suave. Pero empecé a tener fiebres y estaba todo el día dormida porque había cogido una infección”, recuerda. Finalmente, el día 22 le amputaron su antebrazo derecho y a finales de junio consiguió una mioeléctrica a la que se ha adaptado muy bien, como dice: “corto verduras y hago tortillas de patata. Todo lo que echaba de menos, lo hago, menos pod er hacerme un moño”.
Pero su caso es una excepción porque, como remarca, ella, pese a todo, tuvo la suerte de acceder a una prótesis así de moderna: “Cuesta mucho dinero, más que un coche. La mitad, más o menos nos pagó Osakidetza, y la otra mitad nosotros”, detalla esta joven, que ayer no dudó en asistir a la primera jornada protésica en Vitoria, que organizaba el centro ortopédico TEC, con la colaboración de Zuzenak y la asociación nacional de amputados (Andade), en el centro de actividad física Almudena Cid, de Lakua para dar a conocer las alternativas protésicas tanto a usuarios como a profesionales.
En concreto, según especifica el vicepresidente de Andade, Carlos Ventosa Lacunza, el gasto medio de una prótesis está en unos 60.000 euros. “Estoy hablando de una por debajo de la rodilla y eso, teniendo en cuenta que cada seis o siete años hay que renovarla. A ver quién tiene ese poder económico para poderse comprar una cada ese tiempo, salvo que se esté asegurado, cuando se produzca el accidente de tráfico o laboral de turno”, lamenta Ventosa, quien tiene claro que el principal reto para mejorar la calidad de vida de las aproximadamente 70.000-80.000 personas amputadas que se estima que hay en el Estado, es el de ampliar la cartera de prótesis “de calidad” en la sanidad pública, como tienen en toda Europa, “menos -como denuncia- Portugal y España”. Ventosa desconoce saber la razón exacta de ello, salvo que “el Ministerio nos dice que no hay fondos, pero vemos que es posible y además hemos demostrado la optimización de recursos que se puede hacer dando prótesis más modernas: porque tienes menos medicación”. Nada que ver, como argumenta, “con las otras más arcaicas, que pesan mucho más, y dan más problemas en muñones. Hay que acudir al médico para curar las heridas y hay bajas laborales. Mientras que las de última generación son mucho más livianas, llevan materiales de carbono o titanio, y están muy bien adaptadas, con lo cual se eliminaría todo eso”.
PERFIL
Respecto al perfil de la persona amputada, el vicepresidente de Andade afirma que hay de todo. “Desde niños con dos añitos, hasta personas con 76 años. Generalmente, la horquilla más ancha, es entre 18 y cincuenta y tantos años porque hay mucho accidente de tráfico y laboral, y también muchas patologías vasculares. A partir de los 50 años, suele ser por otras enfermedades, por ejemplo, casos de diabetes hay muchísimos. Se está amputando mucho por ese motivo y la sociedad debería de saberlo y de ser más consciente de la importancia que tiene llevar una vida sana y vigilar qué es lo que se debe comer”, remarca Ventosa.
Por ahora, es imposible conocer la cifra de cuántas personas llevan una prótesis tras una amputación en Álava. Pero eso es algo que en breve se ha propuesto cambiar la delegación territorial de Andade en el País Vasco y Navarra, tras entrevistarse con los diferentes hospitales para que les digan con exactitud cuántas amputaciones al año se producen y de qué extremidad, entre otras cuestiones y con el objetivo de visibilizar esta agrupación, tal y como asegura su responsable, Manuel Quesada. “El fin de la asociación es ayudar a la gente y mejorar la calidad de vida de las personas para que por ser amputado no pierdas tu día a día. Sí que una prótesis te va a condicionar, pero eso no quiere decir que te vaya a quitar vida, sino todo lo contrario”, matiza Quesada, quien lleva ocho años con su prótesis tibial en la pierna derecha, tras la complicación de una vasculitis.
Su proceso de adaptación a la prótesis lo califica como “muy negativo”, tras una mala experiencia en ortopedia. “Es otra de las cosas contra las que lucha la asociación. De hecho, en el Senado existe un dossier donde se quiere que se apruebe que todas las ortoprotésicas tengan un sello de calidad, para que nadie se sienta engañado porque yo me he sentido así en dos ortopedias. Y esas personas han cobrado y yo me he quedado sin poder caminar y si quería hacerlo, tenía que ser con muletas y malviviendo. Por eso, lo que se pretende desde la asociación es que el catálogo general a nivel estatal sea igual para todos, para que no haya amputados de primera y de segunda. Y que nos dé calidad de vida, que no sea lo básico, la pata de palo”, declara.
Precisamente, una mala experiencia también tuvo Aisha Jouali (24 años) hace ocho años cuando se produjo el accidente de tráfico que le provocó que le tuvieran que amputar su antebrazo derecho. “Vivía en un pueblo (Monzón, Huesca) y no estaban informados de que yo podía tener una prótesis. Estuve dos años sin ella, solamente con el muñón adaptándome. A los dos años, me dijeron de hacerme un trasplante de mano y les dije que no y entonces me presentaron a David Llobera, presidente del centro ortepédico tecnológico (TEC). He ganado en calidad de vida porque ahora puedo utilizar las dos manos”, señala.
LA CIFRA
Jornada protésica. El centro ortopédico tecnológico (TEC) organizó ayer en Vitoria, en colaboración con la fundación Zuzenak y la asociación nacional de amputados (Andade), la primera jornada protésica. Se desarrolló en el centro de actividad física adaptada Almudena Cid para acercar, tanto al público como a usuarios de prótesis y profesionales, las alternativas protésicas para diferentes niveles de amputación y actividad de miembro inferior, así como los avances protésicos de brazo y antebrazo.
Fuente: Noticias de Álava.