La asociación Amputats Sant Jordi ha comprobado que Barcelona suspende en aceras que estén en buen estado, y de nuevo en la ausencia de centros educativos el 100% accesibles para estudiantes con discapacidad, según revela en su VI informe sobre la accesibilidad en la capital catalana.
Se ha presentado este jueves y se basa en datos recogidos en el curso 2011-12 por 719 alumnos de 11 centros educativos de ocho distritos, que han evaluado deficiencias de accesibilidad, tanto los obstáculos que se pueden encontrar por el camino como los de los propios centros.
El 77% de aceras tienen las baldosas en mal estado, aunque el 84% de aceras alrededor de los centros son accesibles, y halla otras dificultades en la calle, como agujeros de árboles –sólo el 2% están bien cubiertos– y contenedores –el 23% son inaccesibles por mala ubicación–.
Además, sólo el 13% de locales evaluados alrededor de los centros tienen su acceso adaptado, y a veces pueden poner trabas añadidas a quien va en silla de ruedas, como las pizarras y terrazas de bares; a la vez, el 77% de cajeros automáticos tienen un diseño inadecuado.
En cuanto a los centros analizados, el 45% tiene su acceso adaptado y el 46% de mostradores interiores tienen la altura adecuada, pero sus cristales dificultan la comunicación, lo que hace que el 81% de recepciones sean inaccesibles para invidentes, sordos y personas con dificultades en el habla.
El informe también constata claras deficiencias en señalización y añade que sólo el 12% de rampas de acceso a los centros con barandas son accesibles, mientras que en el interior, ninguna escalera ni rampa –por su inclinación o disposición de la baranda– lo es, como tampoco ningún lavabo.