El RACE reclama mejoras en infraestructuras, ayudas para renovar el parque y mayor formación vial
El 2017 ha sido un mal año para los accidentes en carretera en España. Según los datos facilitados por la Dirección General de Tráfico, el pasado año se produjeron 1.067 accidentes mortales en las carreteras, en los que fallecieron 1.200 personas y 4.837 resultaron hospitalizadas. Estas cifras suponen un aumento del 3% y una disminución de un 6%, respectivamente con respecto al año anterior.
Además, el número de fallecidos puede aumentar, ya que los datos son provisionales y se refieren solo a vías interurbanas con víctimas mortales registradas en las primeras 24 horas de producirse el accidente. Las cifras definitivas ya consolidadas en la que se incluirán las victimas a 30 días de accidentes ocurridos en vías urbanas e interurbanas estarán disponibles en los próximos meses. De hecho, en 2016 el dato provisional a 1 de enero fue de 1.161 fallecidos, siendo la cifra final de 1.810.
Estos datos convierten a 2017 en el segundo año consecutivo con un incremento en el número de personas que han perdido la vida en la carretera, tras 13 años de descenso continuado. Ante este escenario, el Real Automóvil Club de España reclama “un plan integral de ayudas a la renovación del parque”, así como “incentivos para que las empresas puedan formar en seguridad vial a sus trabajadores”. Desde el RACE se considera que los años en los que se han producido una mejoría en estas cifras corresponden a aquellos en los que la seguridad vial ha estado presente en la agenda política y, las medidas que se adoptaban, iban encaminadas a esta reducción, como por ejemplo el carné por puntos.
Tomás Santa Cecilia, director de seguridad vial del RACE, es claro: “La falta de mantenimiento e inversión en infraestructuras, la antigüedad y falta de revisión de los automóviles, y la necesidad de formación y concienciación a conductores, son algunas de las principales causas de este incremento”.
El último informe EuroRAP, en el que se estudian los tramos más peligrosos de la Red de Carreteras del Estado (RCE), publicado en diciembre, señalaba que el número de kilómetros de riesgo elevado aumentaron un 10% respecto al informe anterior. A estos datos hay que sumar la falta de inversión en las carreteras secundarias, de titularidad regional y lugar donde se producen la mayor cantidad de víctimas mortales. Por ello, el director de seguridad vial del RACE considera imprescindible “destinar parte del presupuesto central y autonómico a la mejora y mantenimiento de las carreteras principales y secundarias, con especial énfasis en el firme y en la señalización vertical”.
Otro de los problemas que nos encontramos en el aumento de la siniestralidad en las carreteras españolas es la antigüedad de su parque automovilístico. En la actualidad, según los datos de la DGT, hay 33 millones de vehículos y pese a las nuevas matriculaciones – 1.787.242 vehículos-, en 2017 la antigüedad media de los vehículos implicados en accidentes mortales se situó en 12 años para los turismos, porcentaje que aumenta hasta los 13,2 años en el caso de los turismos en los que viajaban los fallecidos. “Reclamamos un plan integral de ayudas a la renovación del parque, donde las políticas de movilidad no sean municipales, si no que haya un patrón único que pueda incentivar la decisión de compra”, indicó Santa Cecilia.
En esta misma línea habría que revisar los incentivos fiscales en los elementos de seguridad que permitieran ayudar a los automovilistas indecisos a cambiar su vehículo. “Los elementos de seguridad pasiva no son bienes de lujo y por ello, creemos que deberían considerarse con un IVA reducido en lugar de gravarlos con el 21% actual”.
La conducción distraída o desatenta (32%); la velocidad inadecuada (26%), el cansancio o el sueño (12%); el alcohol (12%) y otras drogas (11%), son los factores que en mayor medida contribuyen a los siniestros. Además, por sexos se sigue observando un mayor porcentaje de fallecidos entre los hombres, (78%), una cifra que se mantiene respecto a 2016. En cuanto a las edades, se ha producido un descenso importante de fallecidos entre los mayores de 65 años. En 2017 han fallecido 181 personas, frente a los 240 del año anterior. Sin embargo, los grupos de edad en los que más ha aumentado el número de fallecidos han sido el de 25 a 34 años, con un incremento del 37% y el de 55 a 64 años, con un aumento del 16%. Los niños fallecidos (hasta 14 años) fueron 21, tres más que en 2016. Mientras, los fallecidos por tipo de usuario presentan diferentes comportamientos ya que aumentan en turismo, moto, furgoneta y bicicleta y disminuyen de forma importante los peatones.
Si analizamos los fallecidos en carretera por Comunidades Autónomas, todas registran incrementos todas las comunidades autónomas, excepto Galicia (-29), la Comunidad Valenciana (-17), País Vasco (-6), Navarra (-3), La Rioja y Castilla y León (-1) y Baleares, que mantiene la misma cifra de fallecidos que el año anterior. En cuanto al tipo de vía, el 77% de los fallecidos tienen lugar en vías convencionales (792 fallecidos, 30 más que en 2016), mientras que en las vías de alta capacidad disminuyen de un 24% a un 23%, pasando de los 245 en 2016 a los 239 de 2017. Precisamente el 41% de los fallecidos en vías de gran capacidad fueron por salidas de la vía, mientras que el 20% fue en accidentes con colisión trasera y múltiple y el 15% en atropellos a peatones. Sin embargo, en las carreteras convencionales, el 42% de los fallecidos se debió a accidentes en los que el vehículo se salió de la vía, mientras que un 28% se debió a colisiones frontales.
Desde la DGT se han propuesto para este 2018 unos objetivos que incluyen más reformas, más control, más investigación, más compromisos entre administraciones y sector privado y más educación, formación y comunicación. El RACE, en su vocación desde hace años de influir en la reducción de la siniestralidad vial con campañas de formación, concienciación e información, lamenta los datos de siniestralidad y se pone a disposición de las administraciones para colaborar en todo aquello que vaya en línea con los principios de la Década de la ONU, y reducir a la mitad el número de víctimas en carretera.
De hecho, el RACE pondrá en marcha en Madrid, en colaboración con la ONU, el primer centro internacional de formación en Seguridad Vial (CIFAL), que preparará a técnicos y profesionales que ofrecerán a su vez esa formación en los países menos desarrollados en esta materia que se acojan al convenio.
Fuente: RACE.