Para refrescarse en verano no hay nada como zambullirse en el agua. Las actividades acuáticas rebajan el calor y son un pozo de diversión para todos. También las personas con discapacidad pueden practicar numerosas modalidades gracias aldeporte adaptado.
Natación
La natación es una de las prácticas más habituales. La Fundación Deporte y Desafío organiza programas de natación terapéutica para fomentar el desarrollo motor. A lo largo del año, se puede disfrutar de esta disciplina para lanzarse en verano a otros deportes. Las sesiones suelen ser semanales y se basan en un progreso continuo. Se adquieren destrezas y habilidades acuáticas, que pueden concluir en un entrenamiento profesional para competir.
-Entre sus objetivos están la rehabilitación y la estimulación precoz en bebés-
No obstante, la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) y la ONCE consideran que la natación es uno de los deportes más importantes “no por su aspecto competitivo, sino por las diversas actividades que se pueden hacer en el medio acuático sin llegar a competir y que resultan ventajosas”.
Entre otros, destacan como objetivos de las actividades acuáticas la rehabilitación, la educación física escolar, la estimulación precoz en bebés, las consecuencias lúdicas y sociales para los niños y la preparación y el mantenimiento físico de las personas adultas.
Buceo
El buceo adaptado requiere un material específico a la hora de practicarlo. Para garantizar el mismo nivel de seguridad que en el buceo tradicional, es imprescindible adaptar tanto el material como las técnicas. La Federación de Actividades Subacuáticas de la Comunidad Valenciana ha elaborado un calendario de buceo adaptado en playas accesibles, que recorrerá la comunidad durante los meses de julio y agosto, en horario de de 10.30 a 14.00 horas.
-El material y la elección de los monitores ha de responder a las necesidades de las personas con discapacidad-
Por su parte, la Fundación También recuerda que la elección de los monitores ha de responder a las necesidades de las personas con discapacidad y anima a practicar este deporte que “proporciona una sensación de libertad inigualable”.
El agua no es el medio natural de las personas, por lo que las posibles dificultades son similares para todos. “De alguna manera, dentro del agua todos tenemos una discapacidad”, señala la Fundación También. “La única diferencia radica en que las personas con discapacidad que se lanzan a la aventura del buceo adaptado necesitan ciertas adaptaciones”, añade.
Esquí náutico
El agua ofrece muchas posibilidades. Los más atrevidos cuentan con el esquí náutico como deporte para desarrollar el sentido del equilibrio y disfrutar en compañía. Es importante, eso sí, asistir primero a cursos de preparación en los que aprender la técnica en seco.
-Las personas con disfunción motriz en los miembros inferiores esquían sentadas-
Lo más destacado de esta modalidad es el material. La discapacidad de cada persona determina las adaptaciones necesarias y el modo de práctica. En este sentido, las personas con disfunción motriz en los miembros inferiores, “paraplejia, tetraplejia, espina bífida, amputaciones de los dos miembros inferiores o parálisis cerebral”, especifica la Fundación Deporte y Desafío, esquían sentadas.
Los asientos suelen estar fabricados en aluminio y una zona de apoyo en nylon. Además, algunas partes están acolchadas para favorecer la comodidad de los deportistas. El resto del material también está adaptado para practicar diferentes disciplinas, como slalom, figuras y saltos.
Vela
La vela beneficia la salud física y mental. Así lo cree el Club Andaluz de Vela Adaptada 1, formado para “facilitar el acceso a este deporte a todas las personas”. Está dirigido, entre otras, a personas con capacidades especiales y en riesgo de exclusión social, para que accedan al mundo de la navegación “de una manera segura, didáctica, divertida y asequible”.
-Favorece el trabajo en equipo, la cooperación, el respeto y la tolerancia-
Asimismo, se busca la promoción del trabajo en equipo, la cooperación, el respeto, la práctica del ejercicio físico, la tolerancia, la responsabilidad y la igualdad. La navegación mejora la capacidad de adaptación al entorno y la adquisición de “un sistema de equilibrio postural adaptado al movimiento de una base inestable”. Además, fomenta la estimulación del razonamiento mecánico y potencia la búsqueda de soluciones, asegura el Club.
El grado de discapacidad marca el ritmo de las salidas, que se realizan siempre en grupo y con monitores especializados. Durante el recorrido, además, se aprovecha para enseñar una terminología específica e instruir en el conocimiento del medio marino, su ecología y biodiversidad.
Fuente: Eroski Consumer. http://www.consumer.es/web/es/solidaridad/proyectos_y_campanas/2009/07/17/186700.php